Vaya. Hacía bastante tiempo que no pasaba por acá. Ya lo extrañaba. De algún modo, este Blog se ha fusionado con mi alma, volviéndose un rincón permanente, invencible. Deshacerme de él sería darme por vencida. Y no será así mientras mi corazón siga hablando y mis manos escriban a su voluntad.
Ha sido un año difícil para mí. Los doctores decían "depresión"; yo decía "es sólo otro obstáculo". Y con esfuerzo, por supuesto, he vuelto a ser yo, la "yo" que ustedes conocieron través de este Blog, positiva y transparente.
Puede que no sea el final; puede que se avecinen más tormentas, recaídas. Pero para mí no son razones suficientes para no seguir adelante. Si me levanto, es ahora. Si sonrío, es ahora. Porque sigo con vida. Porque tengo la suerte de poder decirte en este preciso momento que nada se detiene. No me detuve. No me detengo. No me detendré. No te detengas tú.
Con mucho optimismo y entusiasmo, vuelvo a ser la escritora de mi vida.
