martes, 14 de julio de 2015

❤ Hay placeres en la vida ❤

Llego a casa y mis pies se autodirigen al pequeño sofá de terciopelo guinda que se encuentra a un extremo de la sala de estar, junto a la ventana. Allí me gusta acurrucarme y sentirme abrazada por la pequeñez del canapé. La luz del sol acaricia mi rostro como una suave cortina de seda; al cerrar mis ojos lo puedo sentir; su tacto es fugaz, pero satisfactorio. Y la brisa. La brisa que danza con mis cabellos es fría y parece no querer cesar sus melódicos movimientos
Al subir la mirada, mis orbes atisban el hermoso cóctel de tonos azulados en el cielo a través de la ventana. Allí estaban las nubes, algodones níveos de andar sosegado. Y también estaba el sol; radiante, pero fantasmal. Lo podía ver, pero con mucha lucha, sentir. Un sol que no brinda calor. Sí, así era. 
Bajo la mirada y la reposo sobre mis objetos favoritos; infaltables en aquellas tardes que tanto amo. Un libro y una taza de té. De preferencia una buena lectura sobre vida, amistad y esperanzas, y una taza de té negro con calabaza. 

Así terminan siendo mis tardes. Llenas de sorbos de té y ojos paseándose sobre letras. Tardes simplemente perfectas

Light Pink Pointer